Rory McIlroy: fatigado por el exigente calendario del golf, pero motivado para el US Open

Poco más de un mes ha transcurrido desde aquel momento histórico en Augusta, cuando Rory McIlroy se dejó caer al suelo con plenitud emocional tras proclamarse campeón del Masters y completar el codiciado Grand Slam. Sin embargo, ese logro histórico no ha sido suficiente para detener el inclemente ritmo del circuito profesional, y, claramente, ni Rory ni el resto parecen aún haber digerido la hazaña.

Durante la conferencia de prensa previa al US Open, celebrada ayer —a 59 días exactos de su dramática victoria en Augusta—, McIlroy mostró un lenguaje corporal que denotaba energía escasa, incluso gestos de haber preferido estar en otro lugar. Preguntado sobre sus planes a cinco años, respondió con franqueza: “No tengo ninguno. No lo sé. Ahora me planteo ir torneo tras torneo”.

McIlroy atribuye directamente parte del desgaste a lo extenuante del calendario: desde el Zurich Classic, el Truist Championship y el PGA Championship, hasta la ausencia en el Memorial Tournament, y una actuación decepcionante en el RBC Canadian Open, donde no pasó el corte.

Cabe considerar además el impacto de su reciente récord: la presión y la descarga de emociones acumuladas drenan motivación. El propio jugador reconoció: “Tratando de encontrar la motivación para volver a trabajar tan duro como lo estaba haciendo”, describe la necesidad de reencontrar esa llama interior.

Este cansancio no pasó desapercibido. El ex capitán del equipo europeo de la Ryder Cup, Paul McGinley, declaró que la baja energía de Rory y su semblante en la rueda de prensa fueron motivo de verdadera preocupación.

Rory McIlroy plays his tee shot on the seventh hole during a practice round ahead of the 2025 U.S. Open at Oakmont Country Club in Oakmont, Pa. on Wednesday, June 11, 2025. (Mike Ehrmann/USGA)

Contexto reciente antes del US Open

En su ronda de práctica en Oakmont, McIlroy firmó un sorprendente 81, resultado que describió como “muy difícil” por condiciones exigentes como greens rápidos y trampas estratégicas. Aun así, resaltó la importancia de mantener la estrategia de precisión y paciencia.

Tras lograr el Grand Slam, McIlroy admite que el reto siguiente es restablecerse mentalmente y operar con disciplina dentro de un calendario extremadamente compacto en la temporada de majors.

¿Qué deja todo esto para el US Open?

Con el torneo en Oakmont comenzando en pocos días, el escenario es una auténtica prueba de fuego. McIlroy llega con la motivación en modo de recarga y con necesidad de adaptarse rápidamente a un campo infame por su dureza. El objetivo: recuperar su identidad competitiva, mantener precisión desde el tee y resistir la presión física y mental en un entorno de máxima exigencia.

En conclusión, Rory McIlroy llega al US Open en un momento de transición: físicamente activo, pero mentalmente renaciente. El calendario —más aún tras un hito histórico— ha pasado factura, y su propósito ahora es recuperar foco, energía y confianza para afrontar una semana decisiva en Oakmont.

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