Jon Rahm se hartó y explicó la razón de su corto backswing
El español narró la situación en rueda de prensa previa al inicio de The Open.
Tras llegar a Royal St. Georges’s como uno de los favoritos al título del Open, Jon Rahm se encontró con una situación incómoda a la que respondió contando algo que se había escuchado muy poco. Cuestionado sobre su corto ‘backswing’, el español habló con toda la técnica de los motivos que lo explican.
«Yo no he intentado cambiar mi swing desde hace más de diez años, es el swing que tengo, aunque me he vuelto más ágil y fuerte en algunas partes del movimiento, que sí podrían permitirme cambiarlo ligeramente, hay algunas otras partes en las que tengo ciertas limitaciones físicas así que no me desvío de eso. He podido mejorar lentamente mi juego con lo que tengo y aprender a dar diferentes golpes sin tener que cambiar, esa es, quizás, una de las claves de mi consistencia. No cambiar, jugar con lo que tengo y tratar de hacerlo lo mejor posible», destacó.
Y prosiguió, evitando que los interrogantes continuaran: «Voy a decir que soy profesional desde hace cinco años. Ya he mencionado esto antes. Estoy cansado de escuchar que la razón por la que tengo un swing corto es que tengo las caderas muy juntas u otras cosas. Si saben algo de golf, eso es lo más estúpido que se puede decir. Tengo ciertas partes únicas y ciertas limitaciones físicas únicas, digamos, que me permiten hacer el swing como lo hago, y no me desvío de eso”.
Entonces habló de su «calvario» durante la infancia: «Cuando nací, prácticamente me rompieron todos los huesos del tobillo a los 20 minutos de nacer, todos de la rodilla para abajo. Tengo una movilidad muy limitada en el tobillo de mi pierna derecha. Es un centímetro y medio más corto. Lo que quiero decir con limitaciones es que no hacía un swing completo porque mi tobillo derecho no tiene la movilidad ni la estabilidad para hacerlo».
«Aprendí a una edad muy temprana que voy a ser más eficiente para crear potencia y ser consistente partiendo desde un swing corto. Si tomo un movimiento paralelo completo sí podría crear más velocidad, pero no tendría estabilidad. Mi tobillo, simplemente, no puede soportarlo. Pero también aprendí muchas cosas haciendo pruebas. Con mi swing, arqueo la muñeca y así es como golpeo. Son pequeñas cosas que mucha gente puede aprender. Dejar que el cuerpo dicte cómo balancearse es la clave. Lo importante en mi caso es el pie derecho porque el tobillo no se mueve mucho», puntualizó.
Así que concluyó: «Creo que es la mayor lección que le puedo dar a un jugador joven es que no intente copiarme. Que no intente copiar ningún swing. Simplemente, que busque el suyo propio. Que haga lo que su cuerpo le permita hacer, es lo mejor. Yo por ejemplo no solía ser buen pegador, de hecho era terrible. Pero poco a poco, cuando comencé a aprender en la Universidad, logré convertirme en un buen pegador aprendiendo de mi cuerpo. El cuerpo te dice lo que puedes hacer y lo que no. Algunas cosas se pueden mejorar, otras no. En mi caso, el tobillo derecho no se moverá más de lo que se mueve ahora, así que esa es la belleza del golf».
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