Oakmont rompe con las distancias
En la semana del segundo Major del año, todos los ojos del golf mundial reposan en el campo del Oakmont Country Club. La cancha, diseñada por Henry Fownes, aparece como una de las más difíciles del Tour, un hecho reconocido por esos genios que le pegan a la pelota día tras día para sorprendernos casi cada fin de semana.
Pero más allá de esto, una de las pruebas más llamativas del US Open de 2016 es la de las distancias que deberán afrontar los mejores del mundo, quienes se enfrentarán a un Par 3 de 288 yardas o un poco más y a un Par 5 de 667 yardas, algo que resulta inusual para muchos, pero que era habitual para el diseñador del campo.
Partiendo de esto y de las diferente trampas o azares del campo, fue Phil Mickelson quien expresó la opinión de varios de sus compañeros, hace algunos días: «Luego de jugar los últimos dos días en Oakmont, me animo a decir que es lo más difícil que nos ha tocado jugar».
Y con todos estos detalles, para los aficionados sólo queda disfrutar, pues seguramente veremos a varios sufriendo por salvar un par y esto, sumado a la espectacularidad de los golpes, harán de esta edición una de las mejores de los últimos tiempos, haciendo olvidar un poco lo sucedido en Chambers Bay, donde varios espectadores y jugadores quedaron instatisfechos con las condiciones del campo y hasta la transmisión.