Un cambio inesperado
A pocas horas de comenzar su participación en el Masters de Augusta, Jordan Spieth debió realizar un cambio inesperado en su equipo. El actual número dos del mundo y candidato a quedarse con el título, vió cómo su driver Titleist 915D2 se rompió, por lo cual tuvo la necesidad de reemplazarlo.
El hecho, que parece no ser dramático gracias a la nueva tecnología y al auxilio de las marcas patrocinadoras que siempre tienen repuestos para estos casos, no es tan sencillo para el nativo de Texas, cuyas sensaciones frente a los palos que usa son clave para su juego.
La evidencia más clara de esta situación se dio cuando tras el cambio de su driver 910D2, en 2014, afirmó: «Aún estoy buscando un driver que se iguale a mi 910. Cuando encuentro algún palo con el que me siento cómodo, pego con él. No estoy pegando más mal que ninguno de mis compañeros, pero esa sensación es una fortaleza que tengo».
Y aunque tras estas aseveraciones, pareció acomodarse sin problema al 915D2, en esta ocasión el cambio no parece haberlo afectado demasiado, pues tras realizar una práctica acompañado de su entrenador, su caddie y la pantalla del trackman, firmó su primera tarjeta con un total de 66 golpes, para quedarse con uno de los primeros lugares en el tablero y mostrar su chapa de campeón.
Así que pese a que en este deporte no hay nada seguro, Jordan espera revalidar su título y tuvo un inicio que le permite soñar con esto.
Jordan Spieth doing Jordan Spieth things. https://t.co/iHyKFmYHoo
— PGA TOUR (@PGATOUR) 7 de abril de 2016