Opinión | La deuda del golf colombiano en el PGA Tour Latinoamérica

Los dos últimos eventos se disputaron en Colombia y los golfistas del país no pudieron brillar.

Está claro que el golf del país no está en su mejor momento. Hay excepciones, como siempre, lo de Juan Sebastián Muñoz es brillante en el PGA Tour, Camilo Villegas sigue luchándola en la máxima gira de golf mundial, Nicolás Echavarría y Marcelo Rozo lucen mucho más adaptados y se destacan más en el Korn Ferry Tour y, desde en PGA Tour Latinoamérica, Camilo Aguado, pasó todos los cortes de la temporada regular, sin embargo, el nivel local no logra estar a la altura cuando hay eventos internacionales que vienen al país y se dan oportunidades de real competencia.

El Volvo Golf Championship y el Fortox Colombia Classic, certámenes del PGA Tour Latinoamérica, pasaron por el país para cerrar el calendario de la temporada regular de la gira y en ellos, sumados, hubo un total de 41 golfistas diferentes que tuvieron la oportunidad de competir en uno o en ambos eventos de la gira dejando un balance poco favorable.

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En el Volvo Golf Championship, disputado en el Club El Rincón, solo cuatro de los 25 golfistas participantes, llegó al fin de semana y dos de ellos son aficionados: Daniel Medellín y Esteban Jaramillo, a quienes se sumaron Camilo Aguado y Juan Pablo Luna, siendo el primero de estos dos últimos el de mejor ubicación junto a Medellín.

Entretanto, para el Fortox Colombia Classic en Ruitoque Golf Country Club la cifra de colombianos fue mayor y 28 golfistas del país, incluidos seis aficionados, disputaron las dos primeras rondas con solo seis jugadores llegando al domingo en competencia. En Ruitoque los clasificados fueron: Juan Pablo Luna, Santiago Gómez, quien se metió a las finales de la gira, Santiago Rivas, Jesús Rivas, Mateo Gómez y, nuevamente, Camilo Aguado.

¿Qué marca este análisis? Pues nada muy distante de lo que se puede ver en el día a día: no hay competencia y cuando llega el momento de competir de verdad, estamos lejos de lo que se necesita para brillar en el plano internacional, con marcadas excepciones, como se dejó bien claro al inicio de esta columna.

Sí, está claro, en el país los torneos para profesionales, más allá de algunos abiertos, prácticamente dejaron de existir; el “golf profesional está muerto”, como tantas veces lo he escuchado decir, pero qué soluciones podemos aportar al respecto, ¿cómo se puede mejorar eso?

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Personalmente, considero que el golf debe ser una apuesta de cuatro partes fundamentales, dejando a los entes públicos a un lado pues su labor está enfocada en hacer crecer el deporte y eso está más que claro.

• Los jugadores: como parte fundamental de esto, ellos también deben poner de su parte, presentando alternativas a patrocinadores, encontrando espacios para mostrar que pueden llevar más gente al deporte y apoyando las iniciativas, viendo un lado positivo y no quedándose en lo negativo.
• Los clubes: pese a que, claramente, su foco son los socios, hay alternativas que pueden brindar para uso de sus instalaciones con costos un poco más económicos, esto beneficia el desarrollo de algunos eventos y puede beneficiar tanto a los socios que podrían hacer parte de los torneos o a club, como tal, pues recibiría ingresos en días prácticamente “muertos”.
• Empresa privada: el aporte de la empresa privada es fundamental para financiar el deporte, sin embargo, hay que pensar en ellos también, que reciban beneficios, que el empresario vea en el golf un deporte que le es útil para atraer clientes, encontrar oportunidades y ampliar su portafolio de ventas.
• Los grupos o comunidades alrededor del golf: es importante que, desde nuestro lado (aficionados y comunidades) sepamos definir qué buscan los golfistas aficionados y qué pueden aportar ahí los profesionales, pues es, justo en ese punto, donde se puede marcar una diferencia y se puede encontrar un punto de partida para que se fortalezca tanto el deporte como al “gremio”.

En conclusión, el golf colombiano sigue en deuda cuando se trata de ser protagonistas en este tipo de eventos y, pese a actuaciones destacadas como las de Camilo Villegas en el Korn Ferry Tour en 2020, Nicolás Echavarría en la misma gira en 2022 y Camilo Aguado en el PGA Tour Latinoamérica que acaba de pasar, es poco lo rescatable, mientras se espera que en 2023 haya más ritmo y se consiga mayor figuración.

En Colombia no somos generadores de grandes golfistas, por tradición, sin embargo, si se trabaja y se piensa a futuro, con talentos como Daniel Medellín, el más destacado de los aficionados en estos dos últimos torneos de la gira latinoamericana, todo puede cambiar.

*No está de más agregar que lo de Juan Pablo Luna, de larga experiencia en el PGA Tour Latinoamérica, Santiago Gómez, quien se metió a las finales, Santiago Rivas, quien poco juega y pasó uno de los dos cortes, Jesús Rivas, un veterano que aún tiene mucho golf y está arriba de muchos en Colombia, Esteban Jaramillo, que tuvo buenas jornadas en el Club El Rincón y Mateo Gómez, quien poco a poco vuelve a mostrar su talento, en ejercicio del profesionalismo, fue bueno y sobresale entre el resto.