Esteban Restrepo: «Jugar sin presiones es lo que más ha ayudado mi juego»

Ganador de múltiples eventos a nivel local, representante de Colombia alrededor del mundo y uno de los mejores golfistas amateur del país, el antioqueño Esteban Restrepo ahora reparte su tiempo entre sus dos pasiones, el golf y la economía.

Con base en ello y en la previa del Mundial de Irlanda, una competencia en la que añoraba participar, Nación Golf habló con él para que nos contara por qué no quiso dar el paso al profesionalismo, cómo ve la actualidad del golf colombiano y cómo se prepara para enfrentar la gran cita que tendrá a partir del próximo miércoles 5 de septiembre.

  • Con tantos buenos resultados, ¿no le gustaría dar el salto al profesionalismo?

Para mí el tema de pasar al profesionalismo es algo que ya quedó en el pasado. Sí tengo muy presente que he estado jugando bien, que he ganado varios Abiertos de Colombia seguidos (consiguió su tercer título, de manera consecutiva en Karibana) y que le he dado pelea a los profesionales durante diferentes torneos. Sin embargo, no me interesa pasar al profesionalismo, pues creo que ser profesional de golf va más en un estilo de vida que una persona quiere llevar que en la calidad golfística.

Para esta decisión hay que tener mucha dedicación, mucha disciplina y estar dispuesto a entrenar todos los días sin importar los altibajos, teniendo siempre la ilusión de llegar a las grandes giras estadounidenses, que es algo, que si uno ve las estadísticas, no muchos latinos o colombianos han logrado.

Por lo tanto, ese es un estilo de vida que sí me interesó hace algunos años, pero ahora no me interesa. Y esa fue una decisión que tomé tras la universidad, cuando me di cuenta que eso no era para mí y que yo prefería jugar por diversión, de una manera más relajada; siendo esto lo que, a mi parecer, llevó mi golf a un nivel superior y a competir de manera más pareja con los profesionales, en las veces que jugamos.

Yo creo que el jugar sin expectativas y presiones es lo que más ha ayudado mi juego.

  • El dejar el golf a un lado, siendo su pasión, ¿no fue una decisión difícil?

El golf es mi pasión y lo juego desde niño. Esta fue una forma de compartir con mi papá, con mi hermano y, en general, siempre fue una motivación poder alcanzar el número de títulos que alcanzó mi papá, teniendo en cuenta que él fue Campeón Nacional y representó a Colombia en varios eventos.

Pero hoy en día comparto esa pasión por el golf con otras pasiones y otras metas. Acabo de montar mi propia empresa, una agencia de seguros que se llama Innova, y esa empresa ahora es mi prioridad, convirtiendo el golf un poco más en un hobby que disfruto mucho, que sé que lo hago bien y que me apasiona por la competencia en sí misma, por todo lo que uno siente cuando está peleando por un título y cuando le falta un golpe para conseguirlo, porque ganar para mí es una obsesión y una adicción y todo esto me motiva a jugar bien.

  • ¿Cómo se juega el Mundial y qué significa para Ud. representar a Colombia en este certamen?

La Copa del Mundo o Copa Eisenhower, como se conoce este Torneo, es el evento amateur más importante que hay en el mundo, se juega cada dos años, como también sucede en la rama femenina y en él participan los tres mejores jugadores de cada país durante las cuatro rondas del certamen, buscando el menor score posible, por lo que es una competencia en la que hay que esforzarse al máximo. De las tres tarjetas diarias se eligen las dos mejores y ese es el resultado que se anota para cada equipo, de igual manera hay un marcador individual del que se determina al mejor jugador amateur del mundo.

En esta ocasión creo que Colombia lleva un gran equipo, un equipo fuerte y la idea es que a partir de esto se pueda hacer una representación digna para el país. En este caso, para mí, representar a Colombia significa mucho, pero más que en lo individual, hay que pensar en el equipo.

  • ¿Cómo ha sido su preparación para el Mundial?

La preparación que se ha venido haciendo ha sido buena, los tres jugadores que vamos a ir al Mundial hemos competido bastante los últimos meses y en mi caso yo he competido cuatro veces durante el último mes, jugando el Abierto de Brasil, el Abierto del Club El Rodeo, el Abierto de Colombia y el Abierto de Llano Grande.

Sin embargo, creo que la preparación es interna y uno toma estos torneos como una prueba para ganar, pero la meta es el Mundial, entonces uno practica bajo presión algunas cosas que quiere mejorar, analiza cómo responde su juego bajo presión y es ahí cuando uno se da cuenta de cómo realmente está.

Como equipo hemos trabajado muy duro con Jorge Mesa, quien se encarga del equipo desde la Federación y aparte de esto, también trabaja cada uno con su entrenador para llegar a Irlanda de la mejor manera y con ritmo de juego.

  • ¿Cambia mucho la preparación entre un golfista amateur y un golfista profesional?

Yo creo que la diferencia entre un golfista amateur y un golfista profesional radica principalmente en el tiempo que se dedica al deporte. En mi caso, con el trabajo, me queda muy poco tiempo para entrenar. Básicamente yo juego los viernes por la tarde y los domingos por la mañana porque no me queda más tiempo, sin embargo, con el Mundial, he podido ajustar los tiempos para practicar un poco más, aunque, como lo dije, mi prioridad sigue siendo el trabajo y no lo voy a dejar tirado.

Yo creo que la preparación va más en las horas que se le dedican al deporte. En la universidad yo tuve la posibilidad de aprender a entrenar como entrena un golfista de alto nivel y cuando tengo tiempo de entrenar creo que entreno bien, que mis entrenamientos son productivos y sé sacar el mejor provecho de mi juego, siendo esta una de las virtudes que tengo: conozco mi juego muy bien, conozco mis fortalezas, sé qué partes de mi juego tienen algunas limitaciones y sé cómo puedo ayudar a que estas no se noten tanto.

Entonces, primordialmente son las horas de práctica lo que diferencia al amateur del profesional. Por ejemplo: con mi compañero de Club y buen profesional, Nicolás Echavarría, que ya lleva dos títulos este año, entrena de 4 a 5 horas diarias y 5 o 6 veces por semana; contrario a mí que juego 36 hoyos a la semana y no practicando mucho más que eso, dejando a Nicolás mucho más fino en todos los aspectos del juego.

  • ¿Es fácil combinar su trabajo con la dedicación que tiene hacia el golf?

En ese sentido yo creo que lo más importante es saber cómo manejar el tiempo. Mi prioridad en este momento es el trabajo y poder sacar a Innova, mi agencia de seguros, adelante. Yo trabajo los viernes hasta el mediodía, así que aprovecho el resto de la tarde para poder jugar.

Si uno logra manejar el tiempo y el horario, además de sacar provecho a esos espacios que uno tiene para poder jugar, se puede lograr mantener en un nivel competitivo. Sin embargo, claramente mi prioridad en este momento es otra y creo que eso también me favorece, pues cada vez que voy y juego, cada vez que tengo la posibilidad de entrenar, encuentro una manera de liberar mi mente, de relajarme y de disfrutar, cuestiones que son clave para este juego y que lo benefician a uno para ejecutar los golpes de la mejor manera posible.

  • Como golfista y conocedor del deporte, ¿cómo ve el golf en Colombia y considera difícil hacerse profesional en el país?

El golf en Colombia es un tema sobre el cual la gran mayoría de conocedores tienen opiniones muy diferentes. En ese sentido, yo considero que se podrían hacer entrenamientos y formaciones más estructuradas para los jugadores juveniles, que es algo que se viene dando de a pocos. Pese a esto, si nos comparamos con países como Argentina o Chile, nos damos cuenta que ellos tienen una base muy estructurada en la cual enseñan a los jugadores, desde muy corta edad, para estar preparados física, técnica y mentalmente para llegar a competir en las universidades de Estados Unidos al más alto nivel y de ahí salir al nivel más competitivo del profesionalismo.

En nuestro caso, creo que tenemos un sólo jugador en primera división universitaria de Estados Unidos, que es Iván Camilo Ramírez, de Texas Tech University, la misma universidad en la que estudiamos y jugamos Santiago Rivas, Sergio Franky y yo, por lo que la situación de la que hablé anteriormente podría ser la clave para esto.

Por lo tanto, creo que el cambio se debe dar en ese proceso que mencioné anteriormente, en la preparación para que el jugador llegue a Estados Unidos o a una universidad que les permita dar el salto y les dé la madurez para llegar a ser mejores profesionales, algo que se refleja en varios de los mejores jugadores del país como Marcelo Rozo, Pipo Celia, Nicolás Echavarría y demás.

Respecto al profesionalismo en Colombia, considero que sí, que es muy difícil ser profesional aquí. Esto se debe a que el Tour Profesional de nuestro país, pese al esfuerzo que se realiza, sólo en muy pocos casos genera los ingresos necesarios para vivir y mantenerse, teniendo en cuenta los gastos y lo que se necesita mensualmente para salir adelante.

El ser profesional en este país ha perdido un poco de trascendencia, pues muchos golfistas, a los que les falta mayor competencia a más alto nivel, se convierten profesionales. Esto es algo que respeto y que considero como una decisión muy personal, pero que genera una brecha muy grande entre los 10 o 12 profesionales que sí compiten cada semana para ganar el torneo y otros que tienen un nivel distinto y para los que la parte económica puede resultar mucho más complicada, teniendo en cuenta los gastos en que incurren.

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